Los Beatles y Heidegger
Por Daniel Gambín
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January 1, 2022
Por ahora este esta es la única publicación que no es de mi autoría.
Los Beatles y Heidegger: Una mirada filosófica teniendo en cuenta el ser y ente como protagonistas.
A simple vista parece que la banda más revolucionaria de todos los tiempos y uno de los filósofos alemanes más controversiales de la historia no tienen nada en común ni se relacionan en nada. Pero… musicalmente hablando, si prestamos atención a las canciones de Los Beatles, más allá de disfrutar la buena música nos podemos dar cuenta de unos cuantos detalles si hemos leído o en cierta parte medio entendido a Heidegger en sus implicaciones de Ser y Tiempo. Pero no vengo a que nos enfoquemos no tanto en el tiempo sino en el “Ser” y el “Ente” que para Heidegger representan dos cosas muy distintas.
Pero primero hay que explicar qué es el “Ser” y qué es el “Ente”. Pues bien, hay que tener en cuenta que para Heidegger toda la metafísica se equivocó enormemente confundiendo al ser con los entes, ya que para él. “Entes” son las cosas existentes, lo que se puede percibir. Y para hablar de el “Ser” primero hay que explicar otra cosa primero. El “Dasein”, que, en términos sencillos vendría a ser “estar ahí” o “existir ahí”. Es un estado donde él dice, en el que se encuentra el “ser” en su existencia, como un objeto que subyace, que fue arrojado a la existencia y que, por consecuencia, determina al ente, y que hace lo posible como “Ser” a todo lo que se le puede aplicar a cualquier cosa o ente. Lo sé, suena confuso, pero a medida que veamos la canción entenderemos poco a poco por dónde va la cosa y un poco más el concepto de estos dos términos.
¿Qué tienen que ver los Beatles con todo eso? Pues bien, hay una canción compuesta por Lennon y McCartney titulada “NoWhere Man” que traducida es “Hombre de ninguna parte”. ¿Ya se empieza a ver por dónde va la cosa?
La canción empieza con una estrofa de 4 versos que traducida al español dice: “Él es un hombre de ninguna parte, sentado en su tierra de ninguna parte, haciendo todos sus planes de nada, para nadie.”.
La primera estrofa nos muestra a primera vista y fácilmente de reconocer al ser, que es el objeto subyacente que fue arrojado al mundo. Para Heidegger el ser está inmerso en una red de relaciones en su entorno, pero con esos primeros cuatro versos nos da a entender que el “hombre de ninguna parte” solo está ahí, presente, sin ningún plan, sin relacionarse con nadie, ni con su entorno. También nos menciona el concepto de la “nada”, que es un tema también mencionado por el en su postulado de “Ser y tiempo” donde básicamente la nada nunca es nada realmente, que tampoco es algo en el sentido material o físico, sino que, en sus palabras, es el ser mismo cuya verdad siempre va a ser entregada al hombre. ¿Pero realmente es así?, ¿La canción habla intrínsecamente de un Ser sin ente?
Pues bien, la segunda y tercera estrofa nos dicen: “No tiene un punto de vista, no sabe a dónde va a ir. ¿No es un poco como tú y yo? Hombre de ninguna parte, por favor escucha. No sabes de lo que te pierdes. En ninguna parte, el mundo está a tu mando”.
Con estas dos estrofas el cuarteto de Liverpool nos describe al “Hombre de ninguna parte” como lo que explícitamente nos dice el título de la canción, un hombre de ninguna parte, que no pertenece a ningún lado, solo existe, y que se está perdiendo de todas las cosas que como mencioné anteriormente es el ser quien está inmenso en un conjunto de relaciones. Y acá entre el conflicto con el “dasein” el hecho de “estar ahí” de ser ese mismo ser.
Como mencioné, el “dasein” era el estado de posicionamiento del ser humano en su existencia, donde se supone tiene que estar arrojado a todas sus posibilidades y la manera en que este mismo las asume, algo con que le pueda dar utilidad en su entorno. A esta altura la canción nos habla de un ser, que aparentemente no tiene ente, y suena paradójico y algo sin sentido, pero partiendo desde el punto de lo que es el “Ente” que se define como todo lo que “es”. Para explayar el significado de ente y que tenga un poco más de sentido, el “Ente”, es todo aquello en el que se puede predicar el término “es” y a su medida de lo que ocurre. Por ejemplo, así como “andante” es el que anda, “viviente” todo lo que vive y “floreciente” todo lo que puede florecer, a eso se le llama ente, a lo que hace que los entes sean.
Siguiendo este orden de ideas, la cuarta estrofa es un tanto llamativa y dice:
“Es tan ciego como puede ser. Solo ve lo que quiere ver. ¿Hombre de ninguna parte, puede verme?”
Y digo llamativa porque nos muestra al “hombre de ninguna parte” como alguien ciego, que solo ve lo que quiere ver, y que es tan ciego como él mismo se lo permite. Y hay algo muy contradictorio y tanto curioso porque Heidegger nos cuenta que el hombre solo puede mirar hacia sí mismo en su época, (que es algo que comentaré más adelante) y en el entorno que le ha tocado vivir. Es el “Hombre de ninguna parte” quien vive y solo mira hacia sí mismo, sin un ente, algo que lo logre determinar. Está ahí como ser, con su presencia, pero a la vez no, como un factor determinante que le permita concebir su propia existencia, sin tener un “ente”. Y digo como un factor determinante porque para Heidegger el mismo tiempo no, sino la consciencia del tiempo quien es quien genera angustia existencial sobre la vida.
Llega el momento donde entra la siguiente estrofa:
“No te preocupes hombre. Tómate tu tiempo, no te apresures. Déjalo todo hasta que alguien más, te de una mano”.
El tiempo es un concepto algo complejo con Heidegger, pero, en palabras comprendidas hacia el mismo Heidegger, se define al tiempo como un horizonte, donde todos los puntos de comprensión del ser y sus compromisos con todas las posibilidades de llegar a ser son concebidos y asumidos. Explicando esto, nos da a ver que es el tiempo una especie de escenario que nos permite como seres humanos concebir nuestra misma existencia, nuestra propia realización e interpretación del mundo que nos rodea. Si tenemos en cuenta nuestros tres tiempos (pasado, presente y futuro) nos daremos cuenta que es esto que hace al ser humano libre y determinado al mismo tiempo. Pues como mencioné al principio estamos arrojados al mundo, a relaciones y posibilidades, donde nos encontramos determinados por nuestra cultura, por hechos históricos que marcaron la vivencia de nuestra ascendencia, pero que también contamos con un futuro lleno de posibilidades y de transformación.
Y acá es a donde viene esa estrofa y cobra sentido con todo el resto de la canción. El “hombre de ninguna parte” que parece ser una canción contada en tercera persona, nos muestra lo despreocupado y lo desconectado que está no solo el ser de su mundo y de su “ente” sino de su mismo tiempo, no parece tener esa angustia existencial sobre su vida que produce el mismo tiempo, pero se llega a notar por encima que es alguien que espera ser determinado por el mismo tiempo, dándole igual su pasado y su presente pero de igual forma está a la espera de su futuro, sin embargo se le muestra sin la angustia existencial o esa determinación para concebir su propia existencia como ser. En cierta parte es una canción que contradice, pero resalta muchas cosas no solo sobre la definición de ser, ente y tiempo sino también tiene un toque existencialista, pero dándole algo de mención a la nada. Es una canción que encaja muchas implicaciones hechas por Heidegger y por eso me llamó mucho la atención. El simple hecho de mencionar y contarnos la historia de un hombre que solo está ahí pero no se determina y tampoco es determinado por su tiempo y experiencia de vida y su propio entorno nos hace pensar y buscar nuestro propio concepto de “ser” y “ente”.
Así como esta, hay muchas otras canciones de los Beatles que nos hacen filosofar un rato, de una manera muy entretenida al igual de la misma forma en que lo hice yo haciendo este resumen de las ideas y postulación de Heidegger sobre el ser y el tiempo.
Daniel Gambín
Filosofía Contemporánea, grupo 1.
Lic. C Sociales.